CAMBIAR LA INSTALACIÓN ELÉCTRICA
Pasados 20 años en su vivienda o local, es recomendable hacer una revitalización en la instalación eléctrica, ya que, en muchos casos el uso que estemos haciendo de ella no tenga nada que ver con el que hacíamos cuando se diseñó y ya no se adapte a la normativa vigente.
Cada vez, son más los aparatos que necesitan de la potencia eléctrica para su funcionamiento, pero puede ocurrir que nuestra instalación no esté preparada para dar toda la cobertura en óptimas condiciones de servicio y de seguridad. Un cableado desgastado por el tiempo puede dar origen a cortocircuitos capaces de provocar incendios.
Debemos estar atentos a situaciones como cuando las luces bajan de intensidad, si observamos chispas o detectamos olor a quemado. Aunque lo ideal es que estas situaciones no se produzcan y actuar con anterioridad para no correr ningún riesgo.
El primer paso es contactar con un profesional experimentado que se ocupe de una primera valoración y lleve a cabo los cambios necesarios.
Para estos cambios, con toda seguridad, será necesario hacer rozas en la pared para albergar nuevos tubos, ya que los antiguos (amarillos) estarán copados de otros cables eléctricos, además sería bueno la sustitución de dichos tubos, puesto que son fácilmente inflamables. En los diseños más modernos e innovadores se pueden dejar los tubos por la superficie de la pared, cumpliendo una función decorativa. Se deben sustituir los interruptores, así como, aumentar el número de enchufes, evitando el uso de alargadores, regletas o ladrones.
Muy importante también, es modificar o renovar el cuadro eléctrico, puesto que después de la ampliación deberá albergar mayor número de diferenciales y protecciones magnetotérmicas.
Son fundamentales los Interruptores Diferenciales que detectan aparatos eléctricos que tengan algún problema, evitando descargas eléctricas o incendios, su misión es interrumpir la electricidad ante cualquier fuga de corriente, también es necesario contar con una buena red equipotencial y puesta a
tierra en toda la instalación.
Por todo esto, se debe aprovechar el momento de una reforma en la edificación, dejando todo el conjunto perfectamente restaurado, actualizado y seguro por mucho tiempo. Después es recomendable hacer una revisión cada tres años, recurriendo siempre a un profesional de confianza y que sea un electricista autorizado.